Dexter
fue lo mejor del año porque la historia de los asesinos en serie jamás
había sido encarada desde esta óptica, porque tiene un cuidadísmo
tratamiento cinematográfico, porque te atrapa como si tuvieras
pegamento entre el culo y el sofá, y —sobre todo— porque Michael C. Hall se está convirtiendo en uno de los mejores actores dramáticos de su generación.
¿Lo recuerdan? Era el hermano gay en Six Feet Under. Aunque en Dexter
sólo lo reconocerían por la cara: pero la voz, la dureza del rictus y
la mirada perdida a medio camino entre la locura y la genialidad, son
las de otra persona. Es un actor enorme. Un lujo verlo en la serie que
sea (y sin doblaje, por favor).
La trama de Dexter
es simple: un viejo policía (experto en casos de asesinos seriales)
descubre que su hijo de doce años —aún virgen de sangre humana— tiene
todas los rasgos de un maníaco mortal. Al saber que no podrá hacer nada
para detener la impronta genética de su vástago, lo instruye para que
mate solamente a otros que son como él. Pasan los años, y ese chico se convierte en Dexter Morgan, forense de la policía de Miami y experto en casos de sangre. Lo demás, véanlo ustedes.
Sospecho que CSI: Crime Scene Investigation
le ha hecho un gran daño a las series sobre forenses, porque su éxito
ha generado que crezcan secuelas como setas en el bosque. Y todas esas
otras series 'parecidas' han sido espantosas; comenzando por CSI Miami y CSI Nueva York. Vergüenza debiera darles. Dexter, en cambio, ha salido indemne y con nota altísima de ese prejuicio popular. No es una más de esos plagios mal montados. No es Bones.
Se trata de un engranaje argumental perfecto, lleno de ritmo, con
principio, suspenso y un fantástico final cerrado que te deja la boca
de una muñeca hinchable.
Habrá una segunda temporada este año, y yo no apuesto demasiado por
ella. La miraré (por supuesto, si no tengo otra cosa que hacer) pero
estoy convencido que la primera será siempre mi favorita.
Descárguenla sin temor (aunque odien las series sobre forenses) y
que les aproveche mucho. Es la última obra maestra que nos ha dado la
televisión de este siglo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario